Durante el posgrado, exploraremos profundamente la visión sistémica de la vida, una perspectiva integral que comprende cuatro principios sistémicos fundamentales que constituyen la esencia de la vida, desde las células hasta los sistemas sociales y ecosistemas. Analizaremos cómo cada componente interactúa y se integra en sistemas más grandes, formando una red compleja y dinámica. Al comprender estos principios, podremos ver la vida desde una perspectiva más holística y coherente, apreciando las interconexiones y relaciones que forman la trama de nuestra existencia. Este conocimiento nos permitirá desarrollar herramientas y estrategias más efectivas para abordar los desafíos y cambios que enfrentamos en nuestra vida personal y profesional, así como en nuestros entornos sociales y naturales. Entendernos en este marco nos permite volver a ser humanos.

A través de ella, integrarás tu ser biológico con tu consciencia, creando una sinergia que te permitirá navegar estos tiempos inciertos con una claridad y firmeza nunca antes experimentadas. Aunque el mundo externo se mueva de maneras inesperadas, tu brújula interna, alimentada y afinada por este programa, te guiará con certeza y propósito. Vamos a explorar qué es ser humano y volver a ser nosotros mismos, En este posgrado, nos sumergiremos en el proceso de volver a nuestra esencia humana, redescubriendo y revalorizando nuestra capacidad biológica intrínseca para la compasión y la evolución consciente. Nos enfocaremos en despertar y cultivar la consciencia en el siguiente nivel, abandonando la guerra interna que nos divide y nos aleja de nuestra verdadera naturaleza. Al abrazar y armonizar nuestras dimensiones física, emocional e intelectual, abriremos el camino hacia una existencia más plena y coherente, donde la compasión y la consciencia guíen nuestras acciones y relaciones. Este proceso de transformación no solo nos permitirá florecer como individuos, sino que también se reflejará en el mundo que nos rodea, contribuyendo a una sociedad más unida, equitativa y sostenible. Aún más.

Durante este posgrado, nos embarcaremos en un profundo trabajo de diferenciación e integración de los tres centros fundamentales del ser humano: el mental, el emocional y el físico. Aprenderemos a reconocer y honrar aún más la energía única de cada uno de estos centros, observando cómo se manifiestan en nosotros y cómo, en ocasiones, un centro puede invadir el espacio del otro, desequilibrando nuestro sistema. Mediante prácticas específicas, desarrollaremos aún más la habilidad de alinearlos físicamente, asegurándonos de que cada uno ocupe su lugar adecuado, sin invadir ni ser invadido. Además, exploraremos cómo amalgamar sus energías de manera que se complementen y fortalezcan mutuamente, creando una sinergia que es esencial para nuestro proceso evolutivo. Este trabajo de diferenciación e integración de los centros es un requisito fundamental en nuestra evolución hacia una mayor conciencia y plenitud.

Además de nuestros 3 centros físicos, tenemos 2 centros elevados, conscientes. En un mundo que a veces prioriza lo material y tangible, conectar con nuestros centros superiores se vuelve esencial. Estas conexiones nos abren las puertas a una sabiduría y guía internas que van más allá del razonamiento lógico, ofreciéndonos claridad, propósito y dirección. Vas a tener las herramientas para llevar a tus alumnos a actuar en el mundo desde esos centros.

La conciencia emocional implica la habilidad de sentir nuestras emociones en el momento presente, estando plenamente en contacto con ellas mientras ocurren. Nuestra capacidad cotidiana nos permite sentirlas de forma secuencial, una después de la otra. La conciencia emocional elevada es sentirlas a la vez.Es una experiencia directa y visceral que nos conecta profundamente con nuestro mundo interno. Por otro lado, la conciencia intelectual es la capacidad de ver los patrones y las conexiones entre nuestras experiencias y pensamientos. Es un proceso más analítico y reflexivo que nos permite comprender el porqué de nuestras emociones y comportamientos. Mientras la conciencia emocional nos sumerge en la riqueza de nuestras experiencias afectivas, la conciencia intelectual nos proporciona el mapa para navegar por ese vasto paisaje emocional, permitiéndonos encontrar significado y dirección en nuestras vidas. Vamos a ir más allá del pensamiento sistémico al pensamiento complejo entrenándonos con prácticas específicas.

Cuando actuamos desde nuestros patrones mecánicos, actuamos por impulso y condicionamiento, sin una verdadera comprensión o consciencia. La meta del trabajo de consciencia es transformar y elevar estas energías automáticas hacia niveles de energía más conscientes y deliberados. Una entrada de energía consciente puede interrumpir los patrones habituales y automáticos, provocando momentos de «despertar» en los que una persona se da cuenta repentinamente de sus acciones, pensamientos o emociones mecánicas. Estos momentos son como breves destellos de conciencia en medio de la rutina diaria. Al aumentar la consciencia, la energía que anteriormente se gastaba en patrones automáticos puede ser redirigida o transformada en acciones más deliberadas y significativas. Vamos a profundizar en este proceso y dar prácticas profundas.

El proceso de despertar y desarrollo humano puede conceptualizarse en tres fases interconectadas: catarsis, sanación y evolución consciente. La primera fase, la catarsis, es una liberación profunda de todas aquellas energías que nos han estado afectando negativamente, un desprendimiento de las cargas emocionales que hemos acumulado. Luego, en la fase de sanación, nos enfocamos en mirar y comprender las heridas del pasado, reconociendo y aceptando las experiencias que nos han marcado. Sin embargo, esta fase también implica una identificación con aquel que fue herido. La tercera y última fase, la evolución consciente, es el paso hacia una mayor libertad interna. En esta etapa, dejamos de lado las identificaciones del pasado y observamos con claridad cómo operamos en el mundo, dándonos la posibilidad de elegir conscientemente cómo actuar y responder a nuestro entorno. Es mirar sin juzgar ni identificarse. Este proceso integral es clave para el desarrollo de un ser humano pleno y consciente y es la finalidad última de los maestros de LK Movimiento Inteligente.

Ver y amar la realidad tal cual es, constituye uno de los pilares fundamentales para alcanzar una vida plena y en paz. Es fácil caer en la trampa de resistirnos a lo que es, queriendo que las cosas sean diferentes, lo cual solo nos lleva a un estado de frustración y sufrimiento. A menudo son nuestros propios pensamientos y percepciones los que crean una realidad de sufrimiento y dolor. A través de nuevas prácticas y enseñanzas, vas a aprender estrategias efectivas para explorar estos pensamientos limitantes, entender su origen y, finalmente, disolverlos para salir del sufrimiento autoinfligido.

La introducción de la energía consciente puede crear tensiones porque desafía las estructuras y hábitos establecidos del yo mecánico. Esto puede manifestarse como resistencia o conflicto interno, donde una parte de la persona busca mantener el status quo, mientras que otra parte busca crecer y evolucionar.

Significa superar las respuestas y comportamientos automáticos y habituales que caracterizan gran parte de la existencia humana y llegar a actuar desde un lugar de consciencia y elección deliberada. Implica alinear los centros físicos y conectar con los centros elevados, salir del automatismo y re crear nuestra biosíntesis consciente.